miércoles, 29 de enero de 2014

"Estimado" Sr. Gallardón

Llevo un tiempo pensando en escribir sobre la polémica Ley de Protección de la Vida del Concebido, más conocida como la Reforma de la Ley del Aborto. Al tratarse de un asunto bastante sensible, he estado reprimiendo las ganas de desahogarme, pero después de la publicación de un Informe por parte del Ministerio de Justicia sobre las "bondades" de dicha reforma, no he podido contenerme por más tiempo. 


Embrión humano a los 21 días
de ser concebido. Vía: Flickr

Lo primero que me llama la atención es que la Ley parta del Ministerio de Justicia. En mi humilde opinión, no creo que sea competencia de este ministerio, sino del de Sanidad, como todo aquello que afecta a la maternidad. Pero claro, siempre impone más respeto y autoridad la Justicia que la Sanidad. 

En este documento se recoge que la restricción del aborto a las mujeres será positivo para España "por los beneficios económicos del incremento de la natalidad". Si lo que se busca es ese incremento de la natalidad, ¿no sería mejor incentivar más las bajas maternales, dar ayudas por nacimiento de hijo, aumentar los permisos maternal y paternal, crear más guarderías públicas, animar a las empresas a fomentar la conciliación familiar-laboral, ...? De alguna manera hay que tratar de vender esta reforma y, en estos días todo lo que se haga en pro de la mejora económica parece que está justificado, o al menos, así lo creen ellos. Más adelante, en el mismo texto, se reconoce que "el impacto económico es difícilmente cuantificable". Teoría desmontada en el propio informe. 


Por ahora, tampoco permite el aborto aunque la vida del feto sea inviable o exista la posibilidad de que el bebé fallezca al poco de nacer. Si ya es bastante duro saber que vas a perder a un bebé que puede que llevaras tiempo buscando, además debes llevarlo dentro de ti, sentirlo y notarlo durante los 9 meses siguientes, alargando así un final inevitable. Gracias por hacerlo todo más fácil.

El único margen que permite la Ley para poder interrumpir el embarazo es cuando exista un grave riesgo de daño psíquico para la madre. En este caso, este daño deberá ser acreditado por dos médicos distintos, de distintos centros sanitarios y que no sean los mismos que van a practicar la interrupción. Una vez pasados los exámenes médicos, la mujer deberá reflexionar durante siete días. A lo mejor el Ministerio de Sanidad se plantea recomendar, durante esa semana de meditación, la lectura del libro "Cásate y sé sumisa". Así, además de pensarte bien lo de abortar, a ver si se te quita de tu cabezota la estúpida idea esa de trabajar y te dedicas a estar en casa y a cuidar de tu marido, que es para lo que estás en este mundo.


Vía: Editorial NuevoInicio

Pero la parte que más me llama la atención es cuando afirma que "protege la libertad de decisión de la mujer". Debe referirse a la libertad de elegir el nombre de la futura criatura, porque quieras o no quieras, lo vas a tener. Libertad es la que creen que tienen ellos para imponer sus normas morales. Libertad es la que tienen para manipular los datos: otro objetivo principal del informe era reducir el número de abortos, porque la actual ley no lo había logrado. Sin embargo, a los tres días de la publicación, el Ministerio de Sanidad saca a la luz los datos del 2013, en los que se observa un claro descenso. ¿Casualidad que se publiquen tres días después? No nos engañemos, en política no existen las casualidades.

Realmente han querido ver un problema donde no lo había. La sociedad no demandaba una reforma de la ley vigente, no había polémica sobre el tema... Y además, en un asunto tan delicado, lo correcto sería buscar un consenso con el pueblo o, al menos con los partidos de la oposición, pero ni siquiera dentro del propio gobierno están todos de acuerdo con esta reforma.

No estoy ni a favor ni en contra del aborto, nunca me he posicionado al repecto. Creo que es difícil mantener una postura firme hasta no verte en la situación y valorar las distintas posibilidades. Lo que sí tengo claro es que si algún día me encuentro ante esa complicada decisión, podré aconsejar y dar mi opinión, pero la última palabra correspondería a mi mujer, que es la que va a llevar a esa futura vida en su interior. Con esto quiero decir que si yo, como marido y futuro padre de la criatura no puedo obligar a ser madre a una mujer que no quiere serlo, mucho menos puede hacerlo usted, Sr. Gallardón.


4 comentarios:

  1. Chapó, señor. Como decía un entrenador de fútbol "No hase falta disir mas"

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  2. Bueno cielo no puedo más q aplaudir cada una d tus palabras sin rectificar ni una coma. Genial!

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  3. Muchas gracias a todos!! Ha sido el resultado de rabia contenida durante meses

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